lunes, 16 de diciembre de 2019

Tarea 2: Microrrelato 

Buenos días dijo alguien, una persona a la que no conocía de nada y que mas tarde cambiaría mi vida por completo. Pero empecemos por el principio...
Estaba una tarde en mirador de deslumbrantes vistas en mi pueblo. Solía ir allí cuando era pequeña pero hacia tiempo que no pasaba por allí. Esa tarde no sabría lo mucho que alteraría mi vida cuando la conocí, esa chica que se acerco a mi y dijo un ¨Buenos días¨ .
A medida que pasaron los días nos volvimos buenas amigas, a pesar de no conocerla mucho ni su interés en que la conociera. 

A los exactamente dos meses, se me ocurrió la genial idea de seguirla después de haber quedado en el mirador. Y como es de esperar la seguí a escondidas. Ese día es hoy... y allí estaba detrás de un árbol viendo como mi amiga desaparecía dentro de una cueva de la que estaba segura que no existía. 
Cuando entré una gran luz me nublo la vista y para cuando quise volver atrás no había salida, así que seguí caminando sin saber donde llegaría. Después caminar unos pasos cuantos mas me encontré  una preciosa y antigua biblioteca con una gran puerta abierta que me invitaba a salir. Fuera, podía ver un gran jardín con un manto de flores de todos colores, arboles de tamaños inimaginables e incluso un lago. 
En el preciso momento en el que doy un paso para adentrarme me encuentro a mi amiga.
- ¿Es aquí donde vives?-Pregunto.
- Si. Es un jardín que mi familia ha cuidado durante generaciones y ahora me toca a mi. Pero tampoco pasaría nada si alguien mas me ayuda a conservarlo. 
Después de decirle que si, me mostró los alrededores: la biblioteca contenía libros de todos los seres mitológicos conocidos y mas ,junto con su descripciones y cuidados, al igual que con las plantas. 
En el centro de la sala había un libro. Tenia el nombre de todos y cada uno de los seres que habitaban este jardín. 
Al salir por la gran puerta me di cuenta de la extensión de aquel lugar. Lo que antes era un pequeño charco, ahora era un gran lago con cascada de aguas cristalinas y en él, peces de todo tipo. 
No conseguía entender como una chica podía mantener tal jardín en tan buenas condiciones sola. 

En ese momento nunca hubiese sabido la de aventuras que tendría solo por cuidar un jardín.

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